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La primera misa del Papa León XIV marca el inicio de un pontificado con fuertes desafíos

Una celebración íntima y simbólica en la Capilla Sixtina

Este viernes 9 de mayo, apenas un día después de su elección como Sumo Pontífice, el Papa León XIV presidió su primera misa privada en la Capilla Sixtina, acompañado por los cardenales electores. Fue una celebración cargada de simbolismo, transmitida en vivo desde el Vaticano y seguida con atención por fieles y medios de comunicación en todo el mundo.

Lecturas con un profundo mensaje espiritual

Durante la liturgia, se proclamaron pasajes del Apocalipsis y de la primera carta de San Pedro. Ambos textos resaltaron la esperanza en medio de la prueba, la construcción espiritual de la Iglesia y el papel de los creyentes como piedras vivas fundadas en Cristo.

Jesús como centro: la piedra angular de la Iglesia

En su primera homilía, León XIV reafirmó la centralidad de Jesucristo como el Mesías y Salvador. Citando las palabras de Pedro —“Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo”—, el Papa explicó que esta es la confesión de fe que la Iglesia ha custodiado durante más de dos mil años.

La Iglesia: faro en la noche del mundo

El nuevo pontífice definió a la Iglesia como “ciudad sobre el monte” y “arca de salvación”, llamada a brillar no por sus estructuras, sino por la santidad de su pueblo. Subrayó que su misión es anunciar el Evangelio, incluso en un mundo que muchas veces ridiculiza la fe cristiana.

Críticas a la visión mundana de Jesús

León XIV contrastó dos miradas predominantes sobre Jesús: la del mundo, que lo reduce a un personaje insignificante, y la de ciertos fieles, que lo ven como un simple hombre justo. Ambas visiones, afirmó, diluyen el mensaje de salvación y conducen al abandono de la fe.

Un llamado urgente a evangelizar sin temor

El Papa fue claro: en contextos hostiles a la fe, donde se exalta el poder, el placer y el éxito, la Iglesia está más necesitada que nunca de testigos valientes. Denunció el “ateísmo práctico” incluso dentro de la misma comunidad bautizada, y llamó a renovar el compromiso con la misión.

El estilo personal del nuevo Papa

En tono íntimo, León XIV habló de sí mismo como sucesor de Pedro y pidió la gracia de desaparecer para que solo Cristo permanezca. Recordó el ejemplo de San Ignacio de Antioquía y su deseo de ser fiel hasta el final, consumiéndose por amor al Evangelio.

Un pontificado que ya despierta expectativas

El jueves por la noche, en su primera aparición ante la Plaza de San Pedro, el Papa ya había dado un mensaje claro: construir puentes, dialogar y caminar como Iglesia misionera. La etapa que ahora inicia estará marcada por una intensa atención pública, comparaciones inevitables con Francisco, y la enorme tarea de unir a una Iglesia dividida.

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