El Papa León XIV: “Digamos no a la guerra, al rearme y a la economía que empobrece”

Redacción | Ciudad del Vaticano
En su primer gran encuentro interreligioso como Sucesor de Pedro, el Papa León XIV hizo un firme llamado al compromiso conjunto por la paz y la fraternidad universal. En una audiencia celebrada este 19 de mayo en la Sala Clementina del Palacio Apostólico, el Pontífice recibió a representantes de otras Iglesias cristianas, comunidades eclesiales y religiones del mundo, y los exhortó a rechazar toda forma de violencia, fanatismo y desigualdad.
“Digamos ‘no’ a la guerra, ‘no’ a la carrera armamentista, ‘no’ a una economía que empobrece a los pueblos y a la Tierra”, enfatizó el Papa, al tiempo que propuso una alternativa clara: “Digamos ‘sí’ a la paz, ‘sí’ al desarme y ‘sí’ al desarrollo integral”.
El Pontífice, que se presenta como un obispo misionero y nieto de migrantes, dejó claro que su visión pastoral estará marcada por el diálogo interreligioso y ecuménico, la defensa de la dignidad humana y el rechazo de cualquier instrumentalización política de la fe.
Unidad cristiana y fidelidad a Cristo
León XIV puso en primer plano la urgencia de restablecer la comunión plena y visible entre los cristianos, recordando que esta unidad no puede basarse en sentimentalismos sino en la fidelidad a Jesucristo. Citando a San Agustín, reafirmó su lema episcopal “In Illo uno unum” (“En aquel Uno –que es Cristo– somos uno”), subrayando que la unidad se alcanza cuando todos convergen en Él.
El Papa también reiteró que la unidad cristiana no es opcional ni decorativa, y que el camino hacia ella requiere oración, obediencia al Evangelio y trabajo conjunto, sin buscar protagonismos ni imponer estructuras.
Puentes, no muros
En línea con su predecesor, Francisco, el Papa León subrayó que sinodalidad y ecumenismo deben caminar juntos, y alentó a cultivar relaciones personales y humanas como base para el encuentro entre confesiones. También mencionó el próximo 1700 aniversario del Concilio de Nicea como una ocasión clave para renovar el compromiso con el Credo compartido.
A los representantes de otras religiones, les expresó su gratitud por su presencia y compromiso, y llamó a fortalecer la colaboración entre tradiciones en favor del bien común, en especial en un mundo herido por conflictos, exclusión y crisis globales.
Relación con judíos y musulmanes
En cuanto al diálogo con el judaísmo, León XIV reafirmó su relevancia por las raíces comunes del cristianismo y urgió a continuar el camino compartido incluso en tiempos difíciles. “El diálogo con nuestros hermanos judíos permanece muy cerca de mi corazón”, expresó.
Respecto a los musulmanes, subrayó la importancia de un diálogo basado en el respeto mutuo y la libertad de conciencia, destacando la herencia del Documento de Abu Dhabi sobre la fraternidad humana, impulsado por el Papa Francisco.
Una Iglesia sin armas, sin banderas, sin muros
El mensaje final fue contundente: la Iglesia no debe servirse del poder ni de alianzas ideológicas, sino convertirse en levadura de paz y humanidad. “El testimonio de fraternidad entre las religiones puede y debe contribuir a un mundo más pacífico”, concluyó.
Con este discurso inaugural, León XIV reafirma su intención de liderar una Iglesia menos autorreferencial y más abierta al mundo real, donde la fe no se encierre en rituales, sino que construya puentes donde otros levantan muros.