León XIV: “La no violencia debe traducirse en un nosotros institucional”

Ciudad del Vaticano

En medio de una realidad internacional marcada por guerras prolongadas, tensiones diplomáticas y una cultura global que normaliza la agresión, el papa León XIV ofreció un contundente mensaje durante un encuentro celebrado en la Sala Clementina del Vaticano con movimientos y asociaciones que impulsan la iniciativa Arena de la Paz. El Pontífice no habló desde la distancia, sino desde la experiencia concreta de quienes han vivido el dolor y aún así apuestan por la reconciliación.

Entre los presentes estaban Maoz Inon, ciudadano israelí que perdió a sus padres en un ataque de Hamás, y Aziz Sarah, palestino cuyo hermano fue asesinado por el ejército israelí. Ambos han convertido su dolor en diálogo y testimonio vivo de que la paz verdadera comienza cuando el rencor se transforma en encuentro. Su abrazo en Verona, hace un año, frente al papa Francisco y miles de testigos, sigue siendo hoy símbolo de lo posible.

León XIV no se limitó a hacer un llamado emocional. Fue directo: “Querer la paz implica crear instituciones de paz”. La no violencia —dijo— no puede ser solo un lema de ONG o una consigna de redes sociales. Debe ser un estilo, una política, una estructura que transforme decisiones, relaciones y modelos de convivencia.

Citando a San Juan Pablo II, recordó que la paz es un bien indivisible. No puede existir paz verdadera si no se construye desde las bases, reconociendo las diferencias, asumiéndolas sin anularlas y trabajando por una justicia integral. La paz que se impone es silencio forzado; la paz que se dialoga es memoria transformada.

Ante los representantes de movimientos sociales, León XIV reconoció su aporte como “realidades desde abajo”, esenciales para educar a las nuevas generaciones en el respeto, el diálogo y la vida. “Hay demasiada violencia en el mundo”, lamentó el Papa, y advirtió que el camino no es la revancha, sino la resistencia firme al odio.

Finalmente, el Papa instó a traducir el “nosotros” de la encíclica Fratelli tutti en acciones concretas dentro de las estructuras políticas, económicas, educativas y sociales. La fraternidad —dijo— no puede seguir siendo una palabra bonita; debe ser experimentada, amada, anunciada y vivida.

Editorial – La paz no necesita aplausos, necesita estructura

Las palabras del papa León XIV no son una reflexión piadosa más. Son un llamado de alarma. Y también una incomodidad para todos aquellos que hablan de paz mientras sostienen con sus decisiones, su indiferencia o su comodidad, sistemas de exclusión y de violencia encubierta.

Porque sí: hoy se habla mucho de “unir”, pero poco se hace por transformar las estructuras que dividen. Se aplaude el abrazo de dos víctimas, pero se sigue legislando desde el egoísmo. Se aplaude la paz, pero se invierte más en armas que en educación.

El mensaje de León XIV va más allá del sentimentalismo. Nos invita a dejar de reducir la paz a una emoción pasajera o a un acto simbólico. Nos exige traducir ese “nosotros” en presupuestos, en políticas públicas, en educación para la dignidad. Y eso no agrada a los que prefieren una Iglesia silente, funcional y decorativa.

En Católicos en Acción lo decimos sin rodeos: el Evangelio no es una postal de buenos deseos, es un programa de vida. Y quien quiera llamarse discípulo, tendrá que decidir si quiere seguir al Príncipe de la Paz o continuar siendo cómplice del silencio.

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