Editoriales sin Censura Más Noticias

El Papa León XIV clama por la paz y eleva una súplica por las familias heridas por la guerra

Ciudad del Vaticano – 1 de junio de 2025

En una Plaza de San Pedro colmada de fieles de todo el mundo, el Papa León XIV presidió la misa conclusiva del Jubileo de las Familias, Niños, Abuelos y Ancianos. Acompañado por miles de peregrinos de 131 países, el Pontífice dirigió un mensaje cargado de ternura, memoria y preocupación por el drama que viven tantas familias en el mundo.

Durante el rezo del Regina Caeli, el Papa se refirió a la familia como “una pequeña iglesia doméstica donde el Evangelio se acoge y se transmite”. Evocó la carta Gratissimam sane de San Juan Pablo II para subrayar el origen divino de la familia, surgida del amor del Creador, y pidió que “la fe, la esperanza y la caridad crezcan en nuestros hogares”.

Con especial gratitud, exaltó la figura de los abuelos y ancianos, calificándolos como un modelo auténtico de fe, capaz de inspirar a las nuevas generaciones. En tono cercano y espontáneo, exclamó: “¡Gracias por venir!”, provocando una ovación en la plaza.

Una plegaria que conmueve, pero que no basta

En su intervención final, el Obispo de Roma recordó la beatificación de quince religiosas mártires de la Congregación de Santa Catalina Virgen y Mártir, asesinadas en 1945 por soldados del Ejército Rojo en Polonia. “A pesar del odio y del terror, no abandonaron su vocación: siguieron sirviendo a los más vulnerables”, expresó. A ellas encomendó la vida generosa de tantas religiosas que hoy siguen entregándose por el Reino de Dios.

Asimismo, aprovechando la conmemoración de la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, hizo un llamado a los profesionales de los medios para cuidar la “calidad ética de los mensajes”, como apoyo clave a las familias en su tarea formativa.

Antes de concluir, encomendó a la Virgen María todas las familias del mundo, con especial mención a aquellas marcadas por la guerra: “Pienso especialmente en aquellas que sufren en Oriente Medio, en Ucrania y en otras regiones azotadas por la violencia. Que la Madre de Dios nos ayude a caminar juntos hacia la paz”.


Editorial: ¿Basta con orar?

Una vez más, desde el Vaticano se alzan palabras bienintencionadas que despiertan emoción, pero también una incómoda pregunta: ¿es suficiente orar por la paz mientras las bombas siguen cayendo?

Sí, la oración tiene poder. Nadie lo niega. Pero reducir la tragedia de millones de familias desplazadas, heridas o destruidas por la guerra a una súplica celestial suena a veces insuficiente, incluso ingenuo. Mientras los niños son enterrados bajo escombros y las madres huyen con sus hijos a cuestas, ¿cuántos de los que tienen el poder de actuar hacen algo más que juntar las manos?

El Evangelio no nos llama solo a rezar, sino a actuar con valentía. A denunciar las injusticias, a no quedarnos cómodamente observando desde balcones privilegiados. La Iglesia, como institución con influencia planetaria, no puede limitarse a bendecir y lamentar. Debe señalar con claridad a los responsables, exigir alto el fuego, presionar políticamente, y usar todos sus canales para defender a los inocentes.

Orar es importante, pero si no va acompañada de acción profética y compromiso real, se convierte en un gesto estéril. La paz no se logra solo con Ave Marías. Se construye con decisiones difíciles, con denuncia valiente y con una ética que no se rinde ante la diplomacia tibia.

Porque en este mundo herido, ya no basta con orar.

Related Posts

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *